Patriótico amor
(Crónica)
Fátima Queiroz
Busca
un momento heroico último que veo a un niño de Brasil, con figuras de
exploradores se aventuran en la tierra, estanques y sin límite de fronteras,
dominar y esclavizar a los indios agresivos. Ver Nóbrega, Anchieta, el trabajo
desinteresado de los jesuitas la enseñanza del catecismo gentiles, las soleadas
playas de este vasto país.
Que
veo y oigo las cadenas pesadas de la esclavitud sufrida gemidos.
El fabricante de botas de pisotear la tierra y
ahogando los gritos y lamentos de los negros, una canción triste.
Reviso conquistadores hacia adelante, sin
miedo y los pueblos de otras tierras lusitanas fusión nuestra raza, que
germinaron las semillas.
Y
el despertar Brasil, despertando, poco a poco.
El progreso cada vez mayor, devastando nuestros bosques, exterminar a los indios
(que dejó tras de sí miles de millones), los animales, contaminando los ríos y
ciudades en nombre de un pseudo-desarrollo.
El
hombre se sustituye por máquinas de regresión de su capacidad creativa, lo que
lo convierte en frío y sin corazón. La
sensación, poco a poco, se está diluyendo el movimiento de las prisas de las
grandes ciudades.
La velocidad de los acontecimientos y la
información se multiplicará por los medios de comunicación, dejando a la joven
confundido frente a la televisión, lo que distorsiona los valores éticos y
morales, que lo incapacite para discernir entre el bien y el mal.
Ese viejo sentido de la familia, el respeto
y la solidaridad se perdió en el torbellino de la codicia, en nombre del
progreso.
La compañía se estaba asentando y aceptar
el yugo de un manipulador de hoy y el poder, los hijos de la amada Patria,
abrumado por los monstruos que sufren el desempleo, la violencia, la
proliferación de las drogas, los prejuicios y la muerte. Impasible, vistos los
ricos se hacen más ricos, los pobres más pobres y analfabetos.
Nuestra
tierra es tan rica y grandiosa! No hay guerras,
ni terremotos, un verdadero remanso de paz. Tierra bendecida por Dios, que
alberga en su interior, las personas de distintas razas que han optado por este
maravilloso país, como su segunda patria, de vivir y procrear a sus generaciones
futuras.
Es por esto que me encanta y bendecir esta
tierra de mi nacimiento - nuestro querido BRASIL…
"BRASIL 500
AÑOS! "
(Antología Literaria "Terra Brasilis - 500 Años de Amor en Brasil Litteris Ltda.
Editora
Río de Janeiro - página 43)
(Crônica)
Fátima
Queiroz
Olhando para um tempo heróico passado, vejo um Brasil menino, com vultos de bandeirantes desbravando terras, charcos e fronteiras sem limite, dominando e escravizando índios agressivos. Vejo Nóbrega, Anchieta, jesuítas abnegados na obra de catequese ensinando o gentio, nas praias ensolaradas desse imenso país.
Vejo pesados grilhões e ouço os gemidos sofridos da escravidão. As botas do feitor calcando a terra e abafando os gritos e lamentos dos negros, numa triste canção.
Revejo conquistadores avançando, destemidos lusitanos e povos de outras terras mesclando nossa raça, sementes que me germinaram.
E o Brasil despertando, acordando, lentamente. O progresso crescendo, devastando as nossas florestas, exterminando índios (que de milhões, restaram milhares), animais, poluindo rios e cidades em nome de um pseudo-desenvolvimento.
O homem é substituído por máquinas regredindo sua capacidade criativa, tornando-o frio e insensível. O sentimento, pouco a pouco, vai se diluindo no movimento da pressa das grandes cidades.
A rapidez dos acontecimentos e informações vão se multiplicando através dos meios de comunicação, deixando o jovem confuso ante a televisão, que deturpa valores éticos e morais, incapacitando-o de discernir entre certo e errado.
Aquele antigo sentido de família, respeito e solidariedade perdeu-se no torvelinho da ganância, em nome do progresso.
A sociedade foi se acomodando e aceitando o jugo de um poder manipulador e hoje, os filhos dessa Pátria Amada, sofrem esmagados pelos monstros do desemprego, da violência, da proliferação das drogas, do preconceito e da morte. Assistimos impassíveis os ricos ficarem mais ricos, os pobres mais pobres e analfabetos.
A nossa terra é tão rica e grandiosa ! Sem guerras, sem terremotos, um verdadeiro paraíso de paz. Terra abençoada por Deus, que abriga em seu seio, povos de várias raças, que escolheram esse maravilhoso país, como sua segunda pátria, para viver e procriar suas futuras gerações.
É por tudo isso que amo e bendigo esta terra em que nasci – o nosso querido
“ BRASIL 500 ANOS ! “
(Antologia Literária "Terra Brasilis – 500 Anos de Amor ao Brasil
Litteris Editora Ltda. – Rio de Janeiro – página 43)
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